El referente del plantel superior de Bigornia celebró un nuevo título del Torneo Oficial y destacó el trabajo en equipo, la mística del club y el apoyo de su familia.
El jugador del plantel superior de Bigornia, Emi Olivares, compartió sus sensaciones tras consagrarse campeón del Torneo Oficial. Con orgullo por el trabajo del equipo y el apoyo de toda la familia bigorniana, resaltó la importancia de mantener la identidad del club y acompañar a las nuevas generaciones.
Orgullo y continuidad de la mística
Con una sonrisa que lo decía todo, Emi Olivares no ocultó su felicidad tras la victoria que selló un nuevo título para Bigornia. “Es una alegría inmensa volver a salir campeones en casa, más que nada por el laburo que se viene haciendo semana a semana. Muchos chicos nuevos, muchos con ganas, y los más viejos somos nosotros, que tenemos que seguir la mística bigorniana: siempre estar en una final y apuntar a lo más alto”, expresó.
El jugador recordó que, así como hoy le toca ser uno de los referentes, también vivió estas instancias desde joven: “Eso nos dio mucha experiencia y creo que la vida nos preparó para llevar a los más chicos a disfrutar esta emoción. Bigornia ganó por ser Bigornia, por su gente, por sus jugadores. Hay un gran trabajo detrás de managers, entrenadores, utileros, masajistas… sin ellos no seríamos lo que somos”.
Una alegría que se comparte
En lo personal, Olivares vivió una semana especial y emotiva: “Se me hizo eterna. Mi bigorniana me pidió levantar la copa, así que poder estar con ella otra vez levantando un trofeo me llena de alegría. Esto va para toda mi familia, que me banca semana a semana para entrenar, jugar y viajar: mi mamá, mi hermana, mi novia, mi hija. Muy feliz”.
Balance y proyección
Con la misión cumplida en el Torneo Oficial, Bigornia ya piensa en lo que viene. El club capitalino logró mantener su identidad y competitividad a pesar del recambio generacional, y el liderazgo de jugadores como Olivares será clave para afrontar nuevos desafíos en la temporada.
Fotos: Laura Rearte
