Legorburu: “Este centro formaliza años de trabajo con los juveniles de Austral”

Claudio Legorburu detalla cómo funciona el nuevo centro de desarrollo juvenil de la Unión de Rugby Austral, sus objetivos, desafíos y el camino hacia el alto rendimiento para jugadores M16 y M17.

En diálogo con Rompiendo Guindas, Claudio Legorburu, referente clave en el desarrollo formativo de la URA, explicó cómo avanza el nuevo centro de rugby en Comodoro Rivadavia. Un proyecto a largo plazo, con una visión integral del jugador juvenil y la ambición de consolidar un modelo patagónico de alto rendimiento.

Comenzó el trabajo: un centro con mirada federal y formación integral

Desde hace dos semanas, la Unión de Rugby Austral puso en marcha su propio centro de rugby de desarrollo. Aunque aún fuera del presupuesto nacional de la UAR, el espacio cuenta con el aval metodológico y técnico de los 16 centros que existen en el país. “Ahora vamos por el reconocimiento económico”, remarcó Legorburu.

Los primeros estímulos están dirigidos a jugadores M16 y M17, con una rutina semanal de entrenamientos que abordan técnica individual, nutrición, salud física y aspectos psicológicos. “Ya estamos trabajando con casi 60 chicos. Queremos que lleguen al Argentino Juvenil del año que viene con una base sólida y seguimiento real”, indicó.

Objetivo a largo plazo: visibilidad, proyección y sentido de pertenencia

El centro no sólo prepara a los chicos para el seleccionado de la URA, sino que también los ubica en el radar nacional. “Ya quedan registrados en la base de datos de la UAR, con sus test físicos, posición, altura. Eso abre la puerta a que entren en la ruta del alto rendimiento”, explicó.

Además, destacó que “esto formaliza algo que ya venimos haciendo desde hace años”, haciendo referencia al modelo de academia que impulsaron junto a Ezequiel Guerreiro y que dio grandes resultados con la camada 1999.

El semillero patagónico y la importancia de los clubes

El centro tiene sede en el campo de deportes de Comodoro Rugby Club, en Astra, y funciona gracias a un esfuerzo conjunto entre entrenadores, padres y clubes. “Cada club dispuso un entrenador para acompañar a los chicos. Es doble trabajo y doble compromiso”, valoró.

La convocatoria se hizo a través de los entrenadores de M16 de cada institución, quienes presentaron perfiles de jugadores con potencial para el desarrollo. “Queremos sostener tres categorías: M15, M16 y M17. Así garantizamos continuidad, proyección y trabajo acumulado”, apuntó.

Del club al seleccionado: una formación moderna y constante

Legorburu subrayó que hoy el rugby juvenil no puede pensarse sin formación continua. “Estamos en un momento donde ya ningún club carece de gimnasio o PF. Hay nutricionistas, kinesiólogos, y cada vez más entrenadores certificados”.

Consciente de los cambios en la pedagogía del deporte, remarcó que la clave está en “lograr que los entrenamientos sean divertidos y que los chicos se vayan con ganas de volver”. En este punto, consideró fundamental la tarea de Conecta Rugby y las capacitaciones que llegan a la región.

Desafíos: infraestructura, movilidad y retención

Uno de los grandes desafíos es la logística: “Muchos chicos tardan casi dos horas en llegar al entrenamiento. Algunos clubes alquilaron traffic, otros se organizan con los padres. Todo lleva tiempo y coordinación”.

A futuro, el centro podría funcionar también en otras sedes, siempre que se cumplan los requisitos mínimos de infraestructura: cancha iluminada, espacio disponible en horarios clave, quincho o SUM y gimnasio.


En un semestre donde la competencia oficial se combina con la etapa de selecciones, la URA redobla su apuesta al semillero. De la mano de un equipo joven de entrenadores y bajo la guía de referentes como Legorburu, la región busca consolidar un camino que ya empezó a dar frutos. “Somos parte del recorrido. Y ese recorrido empieza ahora”, cerró.

Fotos gentileza: Claudio Legorburu